Sistemas de asistencia al conductor

Los sistemas de asistencia al conductor, conocidos como ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), son tecnologías diseñadas para mejorar la seguridad y la comodidad al volante. Tanto los coches de combustión como los eléctricos pueden incorporarlos, pero su presencia y sofisticación dependen más del fabricante y del modelo que del tipo de propulsión. Vamos a desglosar los más comunes y cómo impactan en la seguridad:

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  1. Frenado automático de emergencia (AEB): Detecta obstáculos (peatones, vehículos, etc.) y frena si el conductor no reacciona a tiempo. Es uno de los sistemas más efectivos para evitar colisiones frontales. Marcas como Volvo y Tesla lo han perfeccionado, y estudios muestran que puede reducir accidentes traseros hasta en un 50%.
  2. Control de crucero adaptativo (ACC): Ajusta la velocidad automáticamente para mantener una distancia segura con el vehículo de adelante. Es estándar en muchos eléctricos premium (como el Audi e-tron o el Tesla Model Y) y en combustión de gama alta (BMW Serie 5, por ejemplo). Reduce la fatiga y el riesgo en autopistas.
  3. Mantenimiento de carril (LKA): Corrige la trayectoria si el coche se desvía sin señalizar. Combinado con alertas de salida de carril, es clave para evitar choques laterales. Los sistemas más avanzados, como el de Honda o el Super Cruise de GM, son casi manos libres en ciertas condiciones.
  4. Detección de ángulo muerto (BSM): Usa sensores o cámaras para avisar si hay vehículos en zonas no visibles. Es especialmente útil en cambios de carril y está ampliamente disponible en ambos tipos de coches.
  5. Asistente de estacionamiento: Desde alertas de proximidad hasta sistemas que aparcan solos (como los de Ford o Hyundai), reduce accidentes menores en maniobras.
  6. Visión nocturna y detección de peatones: Más común en marcas de lujo (Mercedes, BMW), usa cámaras térmicas para identificar personas o animales en la oscuridad.

En los eléctricos, estos sistemas suelen estar más integrados porque dependen de la misma arquitectura eléctrica que gestiona las baterías y el motor. Tesla, por ejemplo, lleva esto al extremo con su suite Autopilot, que combina varios ADAS para acercarse a una conducción semiautónoma. Sin embargo, coches de combustión como los Toyota con su paquete Safety Sense o los Subaru con EyeSight demuestran que no se necesita ser eléctrico para tener tecnología de punta.

Impacto real: Según la NHTSA y Euro NCAP, los ADAS pueden reducir hasta un 30-40% los accidentes graves cuando están bien implementados. El truco está en la calibración: un sistema mal ajustado (como falsos positivos en el frenado) puede ser molesto o incluso peligroso.

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