En los automóviles, se han desarrollado una serie de mecanismos, que garantizan al conductor un manejo seguro y confortable. Uno de estos mecanismos, es el sistema de dirección, cuya finalidad, consiste, en qué el conductor pueda orientar las ruedas delanteras para guiar el vehículo.
El primer sistema de dirección fue únicamente mecánico; dónde el conductor, era el encargado de dirigir las ruedas delanteras, pero, además, tenía que proporcionar el esfuerzo para dicho fin.
Conforme la tecnología avanza, los sistemas automotrices también nos proporcionan mejoras en el vehículo para el conductor y sus ocupantes, por ejemplo: el sistema de suspensión electrónica, el sistema de frenos ABS y por supuesto, el sistema de dirección asistida.
Una de las mejoras en este último, es la asistencia hidráulica, la cual se encarga de realizar el esfuerzo para girar el volante en maniobras de baja velocidad o estacionamiento; esto quiere decir, que el conductor ya solamente realiza la función de dirigir las ruedas delanteras, ya que una bomba mecánica, que es movida por el motor a través de una banda, manda presión de aceite al interior de la dirección, para que, mediante la fuerza hidráulica, se reduzca la resistencia de giro del volante para el conductor.
Este sistema hidráulico, requiere de ciertos cuidados que hoy vamos a mencionar.
- Ten cuidado de no llevar el volante al máximo giro, ya que el sistema se daña por generar una sobrepresión.
- Cambia el aceite del sistema cada 80,000 kilómetros
- Revisa que el nivel de aceite en el depósito no sea el mínimo.
- Observa que el aceite no esté de color obscuro.
- Verifica que el aceite no haga espuma en el depósito cuando esté el motor en funcionamiento.
- Revisa que el aceite no desprenda un olor a quemado.
- Revisa que las mangueras y conexiones no presenten fugas de lubricante.
Te recomendamos utilizar aceite de calidad y recuerda que cualquier fuga de lubricante del sistema es un indicador de que requiere servicio de inmediato.
