El laboratorio de pruebas meteorológicas de Ford Alemania nunca había estado tan ocupado. Este centro de investigación, utilizado para simular una variedad de condiciones extremas, ha permitido a los ingenieros probar vehículos de una manera completamente nueva, eliminando las limitaciones de viaje que hay durante las pruebas del mundo real.
Las condiciones simuladas son tan realistas que incluso los conductores más experimentados de pruebas pueden cansarse o sentirse mal, por ejemplo, al realizar las pruebas de altitud. Por ello, Ford ha contratado a dos robots conductores, apodados por el equipo como Shelby y Miles[1].
¿Cómo funcionan?
Ubicada en Colonia, Alemania, Ford’s Weather Factory ayuda a garantizar que los conductores tengan la confianza de utilizar vehículos que han resistido las condiciones meteorológicas más extremas, como el desierto del Sahara o la cima de los picos alpinos más altos.
Para los conductores humanos, las pruebas en el túnel de viento, en particular a gran altitud, requieren numerosos protocolos de seguridad, como tener botellas de oxígeno, equipo médico y un paramédico en el lugar al mismo tiempo que se monitorea constantemente la salud del conductor.
En cambio, cada robot de prueba puede operar en temperaturas que van entre -40°C y +80°C, así como en altitudes extremas y, además, se pueden configurar y programar para diferentes estilos de conducción.
Las piernas de los robots se extienden hasta los pedales del acelerador, freno y embrague, con un brazo posicionado para cambiar de marcha y el otro utilizado para arrancar y detener el motor.
“Estos dos nuevos pilotos son fantásticas incorporaciones al equipo, ya que pueden afrontar las desafiantes pruebas de resistencia a gran altura y con altas temperaturas. Una vez que el robot está en el asiento del conductor, podemos realizar pruebas durante la noche sin tener que preocuparnos de que el conductor necesite un sándwich o un descanso para ir al baño “.