Por Carlos González Arizmendi
Pocas canciones han trascendido las huellas del tiempo y el espacio. Una de ellas es sin duda Hotel California. Todos reconocemos el solo de guitarra compuesto por Don Felder que, acompañado por Joe Walsh, generan una de las armonías de guitarra más memorables de todos los tiempos, solo equiparada tiempo después por la también banda estadounidense Boston.
Originalmente, la canción fue compuesta por Don Felder cuando tomaba unas vacaciones en una casa en Malibú, California. Para muchos, es una obra maestra, para otros, como yo, es una copia mejorada de una canción de Jethro Tull llamada “We Used to Know”, en la que la progresión de acordes es exactamente la misma. Esto no es de extrañarse, puesto que The Eagles fueron teloneros de la banda de Ian Anderson por varios años.
Podríamos llamarlo, plagio inconsciente.
Felder presentó la canción a Don Henley, baterista y cantante del grupo, y ambos crearon una letra amorosamente terrorífica, como sacada de un episodio de The Twight Light Zone, en el que un muchacho se registra en un hotel donde termina vendiéndole su alma al diablo.
De hecho, este álbum, en su versión original, se extendía como los antiguos LP´s dobles, y en el interior aparece una fotografía donde supuestamente está el líder de la Iglesia Satánica con el cual The Eagles habían hecho un pacto de vender sus almas a cambio de un gran hit musical. ¿Será cierto?
De hecho, el Hotel California del pueblo de Todos Santos, en Baja California, no es el real, si bien la gente hace una parada obligada para tomarse una foto de recuerdo.
La canción originalmente se iba a llamar Mexican Reggae, título que cambió en cuanto la agrupación comenzó a trabajar en la letra y en la narrativa de la búsqueda de unos jóvenes por el desenfreno y la disipación californiana, que culminó en una obra maestra y macabra.
Otra inspiración para esta canción, fue la serie de televisión llamada The Magus, en la cual el protagonista cada vez que abre una puerta, se encuentra con una situación inesperada. Sin duda, esto agrega el toque oscuro a esta significativa y armónica canción.
Don Henley, creador de la letra, de hecho hace alusión a su novia en la parte en donde se refiere a la mujer que es dueña del Mercedes-Benz y que tiene muchos muchachos a su alrededor a los que llama “amigos”. El nombre de esta oscura dama era Loree Rodkin, y quedó inmortalizada de mala manera en esta canción.
Este himno del rocanrol, fue primer lugar en todos lados y es hasta hoy, una canción tan potente que solo puede ser comparada con A Day In The Life de The Beales, The End, de The Doors, Comfortably Numb de Pink Floyd o la inmortal Bohemian Rhapsody de Queen.