Hoy en día, es común identificar que el sistema de enfriamiento de nuestro automóvil necesita de un fluido que le ayude a disipar el calor que se está generando dentro del sistema. Este fluido a utilizar debe ser una mezcla de monoetilenglicol y agua desmineralizada, llamada refrigerante; en algunas ocasiones hemos escuchado alguna sugerencia en cuanto al color del refrigerante que debemos utilizar, sin embargo, un buen refrigerante va más allá del color.
Para poder seleccionar de forma correcta el mejor refrigerante para tu vehículo, es importante verificar en primera instancia la recomendación del manual; el cual nos indica el tipo de tecnología del producto a utilizar y la concentración adecuada para poder obtener una excelente protección en todos los componentes del sistema de enfriamiento.
La concentración a la que se encuentre un refrigerante es muy importante, ya que en función de ella podremos obtener un mayor rango de operación de temperatura. El porcentaje mínimo de concentración que podremos encontrar en un buen refrigerante es de un 30% de monoetilenglicol, ya que debajo de esta concentración se tiene el riesgo de que el producto se evapore de una manera mucho más rápida durante la operación de la unidad. La concentración máxima de refrigerante que podemos encontrar es de un 70%, ya que, arriba de esta concentración se tiene el riesgo de no absorber correctamente el calor, provocando sobrecalentamiento de la unidad.
Actualmente, podemos encontrar dos tipos de refrigerantes:
- Refrigerantes de uso directo: son los que ya vienen “listos para usarse”; éstos deberán seleccionarse en la medida de concentración necesaria que indique el manual del vehículo. Sin duda alguna, son la mejor opción, ya que, a diferencia de los concentrados, estos productos ya se encuentran preparados con la dilución correcta para ser usados en forma directa y proteger al sistema de enfriamiento.
- Concentrados: Estos productos se deben diluir antes de utilizarse, porque si solamente agregamos este líquido al sistema de enfriamiento, se dificultará la disipación del calor y podremos generar daños al sistema. Recuerda que debes diluirlos con agua desmineralizada (libre de sales), de lo contrario, el agua de la llave o embotellada puede propiciar la generación de sarro dentro del sistema.
En definitiva, al momento de elegir un refrigerante para tu vehículo, la mejor recomendación es comprar productos de uso directo, normalmente encontraremos que la mayoría de manuales indican el uso de un producto que se encuentre diluido en un porcentaje 50/50.